En esta ocasión, me embarqué en un viaje a la ciudad de Málaga, donde la luz del sol y la alegría de su gente se entrelazan en una sinfonía de emociones. Caminando por sus calles, adornadas con suelos brillantes y cálidos, se respira un ambiente acogedor que invita a todos a sumergirse en su belleza. Después de varios días de explorar cada rincón, tuve el placer de fotografiar la boda de Lorena y Pablo. Desde los preparativos llenos de emociones hasta la ceremonia llena de ternura y complicidad. Una vez concluida la celebración, decidimos terminar el reportaje en un escenario idílico: la playa. La brisa marina y la majestuosidad del mar proporcionaron el telón de fondo perfecto para retratar la felicidad de Lorena y Pablo. Fue un verdadero privilegio poder capturar su amor en un entorno tan mágico.